El Puerto de Caibarién
Cada mañana al dirigirme al trabajo no puedo sustraerme de poner la mirada en el litoral de Caibarién, y siempre siento la misma sensación: me falta algo…
Seguro estoy que a usted le ha cautivado alguna vez ese paisaje cangrejero que nos habla de aquel tiempo en que casi todo estaba vinculado al puerto, a sus enormes almacenes, a sus espigones, que como serpientes se adentran aún moribundos en el mar, de patanas que como hileras de camellos se perdían en el horizonte, y de hombres forzudos curtidos por el sol que nos dejaron tantas leyendas retadoras para Hércules.
0 comentarios